Realmente, quise creer algo imposible. Tengo que aprender que tu nunca te equivocas.
Y ahora, soy yo la que está detrás de tu puerta, esperando que me recibas y me abraces con una de tus sonrisas de disculpa. La sonrisa que siempre me regalas, pidiéndome perdón por las sensaciones que tus visitas me provocan.
(Los extraño..)