miércoles, 19 de marzo de 2014

Cuando algo termina, algo empieza.

No te extrañes. Tú lo provocaste. Fuiste tú quien me puso el óbolo debajo de la lengua, mientras otros se colaban en mi bolsillo. Tú mismo me metiste en la barca de Caronte.
Pero ella fue la que me sacó, cuando casi había llegado a la otra orilla. Fue nadando hacia mí, luchando contra cualquier cosa que se pusiera en su camino, con el único propósito de sacarme de la barca.
Pero eso no lo sabías, ¿verdad? Era más fácil pensar que llevarme con Carón hacia el hades ha sido lo mejor que has hecho por mí. Que mereces agradecimiento y adulación por ello, mientras que ella no te llega a la suela de los zapatos.
Pero ya te darás cuenta de la verdad. Cuando llegue tu cita con el barquero y tus propios actos hayan sido los que te quitaron tus óbolos.

(Qué pases un buen día)

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