viernes, 29 de enero de 2016

Un año más.

Delta no es ni la sombra de ella. Ella, que hacía que Aglaya se derritiera de envidia. Ella, que consiguió que Eufrósine se planteara sobre la verdadera felicidad. Ella, qué hacía que Thalia se postrara a sus pies.
Y Delta sabía que nunca lograría hacer algo y que quedase la mitad de especial de lo que conseguía hacer Ella con sus creaciones. Pero Delta lo intentaría. Porque Delta la quería, la quería mucho más de lo que Ella podía imaginarse.
Porque sabía que Ella no era perfecta. Sabía que nunca lo sería. Sabía que había cometido errores, como todos los mortales. Pero también sabe... que todo lo bueno puede llegar a eclipsar lo malo. Que una sonrisa que provoque puede hacer olvidar el motivo de una lágrima. Que una palabra bonita vale más que un mal momento. Porque ella enseñó a Delta que lo más bonito del ser humano es el poder ser humano. Le mostró que los mortales no solo sabían destruir, sino también crear.
Que, precisamente por todo eso, su perfección consistía en su perfecta imperfección.
Ella le enseñó tantas cosas a Delta que sería imposible mencionarlas todas. Porque a pesar de la distancia desde el Olimpo a una simple ciudad mortal, la adoración y los sentimientos pueden existir con la misma fuerza que en cualquier otra situación.
Y Delta la quiere. Con sus imperfecciones, con su amabilidad, con su sabiduría, con su locura. Y con su sonrisa, la cual demostraba que daba igual el momento o lo que sucediera en el pasado, siempre merecía la pena sonreir. Y es por esto último, que Delta ha querido intentar llegarle a la suela de los zapatos de esa dulce mortal que, lejos de ser una humana, parecía ser más diosa que ella.
Y quiere estar para Ella. Siempre para Ella. Si la necesita, Delta hará hasta lo imposible. Porque se encargará de cualquiera que ose romper su corazón. Un corazón que es puro, lleno de sentimientos que Delta quiere proteger. Porque vale la pena, ¿no? vale la pena hacer todo eso por alguien tan especial... que hace sentir especial.
Que si pudiera, ella bajaría del Monte Olimpo solo para verla. Pero sabe que se tiene que conformar con observarla desde la distancia y hablar con ella en sus oraciones. Y solo le queda tener fe en que el lazo que las une sea fuerte y duradero. Confía en ello.

"aunque venimos de diferentes lugares y hablamos diferentes lenguas, nuestros corazones laten como si fueran uno solo".


(Feliz cumpleaños, sister)

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